En el año 2023, la Balanza Comercial del Perú logró un superávit histórico de 17.401 millones de dólares, experimentando un incremento significativo del 68,4% en comparación con el año anterior, según informó el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
Este impresionante resultado se atribuye principalmente a la disminución del 10,8% en el valor de las importaciones. Este descenso se explica tanto por la baja en los precios del petróleo y de alimentos como maíz, trigo y soya, como por la reducción en la adquisición de insumos y bienes de capital para la industria, como respuesta a la recesión que afectó la demanda interna.
Scotiabank señaló que, a pesar de los efectos adversos del Fenómeno El Niño (FEN), las exportaciones experimentaron un leve aumento del 1,5%. Este crecimiento se atribuye a los mayores envíos de minerales, especialmente el cobre, gracias al primer año completo de operaciones de Quellaveco. También se destacaron los mayores despachos de agroexportaciones, aunque se vieron parcialmente contrarrestados por las menores ventas de harina y aceite de pescado, afectadas por el FEN, y de productos manufacturados como textiles, químicos y siderometalúrgicos, debido a la desaceleración en la demanda de países de América Latina.
Para el año 2024, el Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank proyecta que la Balanza Comercial registrará un superávit de aproximadamente 16.000 millones de dólares, mostrando una disminución del 8% en comparación con el año anterior. Esta reducción se espera principalmente debido a la recuperación prevista en las importaciones, que se estima aumentarán en un 5%, impulsadas
por la reactivación proyectada de la inversión privada y el crecimiento del consumo privado. Se espera que las importaciones alcancen alrededor de 52.500 millones de dólares.
En cuanto a las exportaciones, se anticipa un ligero crecimiento del 2%, llegando a los 68.500 millones de dólares. Este aumento se atribuye a la recuperación en los envíos de harina y aceite de pescado, así como a la aceleración de las exportaciones agrícolas no tradicionales a partir del segundo semestre del 2024, en previsión del fin del Fenómeno El Niño en abril. Sin embargo, este crecimiento se verá limitado por el estancamiento en el valor de las exportaciones mineras, ya que se espera que se agote el efecto positivo de Quellaveco sobre el volumen exportado, y por la estabilidad proyectada en los precios de metales industriales como el cobre.