La agroexportación peruana ha sido fundamental para el desarrollo económico del país en los últimos años, consolidando su liderazgo en productos como la uva y el arándano. Sin embargo, para mantener este crecimiento, es crucial expandir los destinos de exportación y mejorar la logística e infraestructura portuaria.
En este contexto, el megapuerto de Chancay, ubicado a 80 kilómetros de Lima, se presenta como una pieza clave. Este puerto permitirá el ingreso de barcos de mayor tamaño y reducirá los tiempos de transporte hacia mercados asiáticos en hasta 15 días, lo que mejorará la frescura y competitividad de los productos peruanos. Financiado principalmente por la empresa china Cosco Shipping, el puerto optimizará la cadena de suministros y abaratará los costos de envío por tonelada gracias a la economía de escala.
Además, se necesitarán nuevos acuerdos comerciales y sanitarios para que productos con alto potencial, como la pitahaya y la granada, puedan ingresar a los mercados asiáticos. Esto también permitirá diversificar los destinos de productos ya consolidados como la palta y el cacao, que podrían enfrentar menos competencia en Asia.
Aunque el puerto de Chancay beneficiará principalmente las exportaciones hacia Asia, también se espera que, a largo plazo, facilite rutas hacia Europa y Norteamérica, descongestionando otros puertos regionales y reduciendo costos. Según proyecciones, Chancay manejará inicialmente 1.5 millones de TEU al año, con la posibilidad de llegar a 5 millones, lo que podría afectar a puertos como el Callao, Paita y Pisco.
Finalmente, los puertos chilenos, como San Antonio y Valparaíso, podrían ver reducidas sus operaciones debido a la mejor localización y capacidad de Chancay. No obstante, productos agrícolas sensibles al costo de transporte, como uvas y espárragos, se redireccionarán principalmente desde puertos peruanos cercanos, como Callao y Paita, a Chancay, lo que implicará un ajuste en la distribución de las agroexportaciones.