Por Álvaro Echevarría – CEO y fundador de SimpliRoute
La complejidad de acontecimientos actuales, tanto locales como extranjeros, han puesto en evidencia escenarios de estrés para la población mundial. Esto a su vez repercute la toma de decisión de los gobiernos, que algunas veces termina en quiebres del diálogo, evidenciado, por ejemplo, anuncios de inmovilización para controlar situaciones de inestabilidad como sucedió hace unos días en el Perú.
Para nadie es sorpresa que la inflación, que se vive a nivel Latinoamérica, está generando el aumento en el precio de los productos que constituyen la canasta básica familiar. Y, es que cuando aumenta el precio del combustible, sube el valor de todo. Esto debido a que la mayoría de los productos que utilizamos en la vida diaria deben pasar por una cadena logística y de suministro antes de llegar a su forma final, proceso que requiere de movilización vehicular y, por lo tanto, del uso de combustibles fósiles.
Es en este contexto donde el precio del combustible está inestable y depende de factores externos que no se pueden controlar -por ejemplo, el conflicto Rusia/Ucrania-, surge preguntarse: ¿qué variables se pueden optimizar para disminuir los costos logísticos y de este modo enfrentar el complejo panorama inflacionario que estamos viviendo en la región? Para que no se sienta tan «pesado» el aumento en el costo de vida para los habitantes latinoamericanos.
En los últimos años, nuestra región ha sido destacada como un terreno fértil para la creación y levantamiento de startups con alta probabilidad de escalar a nivel mundial. Por ejemplo, en Perú, la inversión de las mismas, alcanzó los US$18 millones en el primer semestre del 2021, lo que supone un 80% más que en el mismo período del 2020, según el último reporte de la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (Pecap).
Sin duda, muchos inversionistas extranjeros tienen en el radar las ideas y tecnologías que se están gestando en Latinoamérica, entonces, ¿por qué no avanzar con un producto sustentable e innovador cuyo impacto tenga la posibilidad de ser global? Teniendo en consideración este escenario, una solución innovadora que optimice la logística de los negocios podría ser una estrategia para enfrentar el aumento del precio de los combustibles fósiles, que está -y probablemente, seguirá- azotando a la industria logística.
En definitiva, queda evaluar las lecciones aprendidas en el pasado y la posición que la logística de envío de bienes y servicios, tiene en nuestras vidas. Hoy la definición de servicios básicos debe tomar en cuenta el cambio de paradigma sobre la forma en que se suministran estos bienes, tanto del mundo público y privado. Al final del día, en un eje central, quien tenga una operación preparada para enfrentar una crisis con un servicio logístico bien estructurado y profesional, será el que tenga la última palabra.