La Inmediatez y trazabilidad: Incentivando el uso la tecnología en los servicios logísticos

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La pandemia como factor disruptivo (inesperado) está obligando a las empresas que prestan servicios logísticos a adaptar y gestionar sus procesos y proyectos, desde la relación con sus proveedores hasta con los clientes o consumidores finales, de manera de asegurar toda la cadena de valor en las entregas o suministro de bienes: almacenaje, distribución y abastecimiento haciendo uso de tecnologías de la información como el big data o el internet de las cosas.

En ese escenario, la inmediatez, como expresión concreta de la exigencia de los clientes de ver satisfechas sus necesidades en el menor tiempo posible y de manera segura, ha encontrado un aliado clave en las nuevas tecnologías, que brindan la posibilidad a los clientes que puedan realizar, a través de los canales y plataformas digitales, el seguimiento y control en tiempo real de su producto, desde su punto de almacenaje hasta su entrega en el destino acordado; circunstancia que, en un contexto en que el comercio electrónico, a causa de la crisis sanitaria, ha tenido un crecimiento significativo alcanzando una tasa de hasta 230% en el 2020 con relación al 2019, que para los operadores logísticos, asoma como un factor clave para la competitividad así como para dar un mayor dinamismo y eficiencia a sus operaciones.

Asimismo, en el despliegue operativo a lo largo de la cadena de suministro, la trazabilidad constituye otro factor de enorme importancia, dado que contribuye a la identificación y seguimiento de manera eficiente de los envíos, proporcionando información relevante como el registro, acopio, lectura y análisis de datos, que permite adoptar mejores decisiones operativas relacionadas al proceso de aprovisionamiento; servicio al cliente; almacenamiento y transporte. De la misma manera, la tecnología aporta un valor importante al proceso de trazabilidad al brindar soporte de manera segura y eficiente en el seguimiento de las entregas.

Así pues, en el marco actual del comercio mundial en que la tecnología viene ocupando un espacio cada vez más preponderante como herramienta de soporte, la inmediatez y la trazabilidad en el transporte logístico constituyen factores claves para una mayor eficiencia, productividad y competitividad de los operadores; incentivando el uso de tecnologías desplegadas en plataforma digitales que incluyen la nube, el big data e inteligencia artificial con la finalidad de optimizar sus actividades. Dicho de otro modo, es el punto de partida para que la gestión de la operación y del transporte se despliegue sobre una infraestructura de corredores inteligentes y sus servicios complementarios que brinde puntos de conectividad y la gestión de información en tiempo real a lo largo de la cadena de valor que permita reducir costos operativos, una gestión más eficiente de rutas, de la flota vehicular y su localización y la reducción de tiempo de entrega de los envíos etc.

Conviene resaltar que, lo anterior se sitúa en el contexto de un vertiginoso proceso de transformación digital que está impactando sensiblemente en las estructuras y procesos de las empresas, así como en las necesidades comerciales y económicas que requieren entrelazarse con la tecnología para ser atendidas; lo cual representa un gran desafío en el futuro inmediato al demandar un esfuerzo importante de inversión en recursos, capacidades y experiencia para migrar a un nuevo modelo de negocio que se sostenga en las tecnologías de la información.

Sin embargo, para dar sostenibilidad a ese nuevo entorno el Estado debe diseñar y aprobar políticas públicas que se adapten a esta nueva realidad, estableciendo incentivos y facilidades para la inversión, mediante el esquema de Asociaciones Público Privada, para la construcción, adaptación e implementación de corredores logísticos urbanos (infraestructura inteligente) bajo un enfoque de un sistema inteligente de transporte, de conectividad inteligente y eficiencia de los servicios logísticos haciendo uso de la tecnología, de modo que permita que los servicios que componen la cadena de suministro sean, ágiles, eficientes y seguros, acrecentando la competitividad de los operadores. De igual modo, una infraestructura inteligente plantea una enorme posibilidad para que otros modos de transporte y puntos de conectividad logístico tales como los aeropuertos, puertos y terminales terrestres de carga puedan generar espacios colaborativos a través de plataformas digitales que integren la operación y gestión del transporte logístico multimodal que redunde en una mejor la calidad y eficiencia de los servicios logísticos. Dicho de otro modo, una ecuación donde la colaboración, innovación y desarrollo de como resultado mayor competitividad y crecimiento.

Lo antes dicho, en buena cuenta, impone un real esfuerzo de gobernanza y colaboración entre el sector público y el sector privado que necesariamente se debe traducir en el diseño de un nuevo marco legal y regulatorio de transporte que acoja las nuevas exigencias del comercio; así como en el rediseño e implementación de los distintos planes y políticas públicas de transporte, de desarrollo urbano y de uso del suelo; de movilidad urbana; de infraestructura y competitividad y de servicios logísticos que permita el desarrollo e implementación de corredores e infraestructura logística inteligente. Hay experiencias comparadas como la Plataforma Tecnológica Europea o la Plataforma Tecnológica en Logística Integral, de Intermodalidad y Movilidad en España, a través de las cuales se impulsan y promocionan diversas iniciativas y estrategias de colaboración y conocimiento multisectorial para el diseño y aplicación de planes de acción conjunta en sectores estratégicos.

El futuro se adelantó y nos muestra nichos y potencialidades por explotar, pero se requiere de voluntad y decisión para transitar por estos nuevos retos.

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