Nuestro país está pasando por una triple crisis política, sanitaria y económica. Nunca en la historia reciente del Perú el futuro se había vuelto tan incierto. Pero los negocios continúan, las empresas siguen funcionando, los empresarios siguen pensando cómo salir adelante.
En otras palabras, la peor decisión es no hacer nada. Dejarse llevar por las circunstancias. Como la piedra del río, ir a donde te lleve la corriente. Este el momento en el que los gerentes deben esperar lo mejor, sí, pero también prepararse para lo peor. Como todo en la vida.
Y uno de los temas que deben tener cubierto es la disponibilidad del capital para afrontar estos tiempos grises que se vienen. Y hasta el día de hoy solo existen dos maneras de inyectar capital en el negocio: por medio de deuda o por fondos del accionista. Y por razones que saltan a la vista, para muchas empresas no es tan sencillo conseguir nuevas deudas o conseguirla con condiciones favorables.
Pero si existe una manera de los accionistas pueden aportar capital sin necesidad de buscar socios o rascarse los bolsillos. El mercado financiero ofrece soluciones que proveen liquidez inmediata a través de la compra de bienes inmuebles y la celebración de contratos de arrendamiento. Lo que se conoce como “sale & leaseback”.
Se trata de una operación inmobiliaria, en la cual la empresa propietaria del inmueble vende el activo a un fondo de inversión y de manera simultánea firma un contrato de alquiler para continuar ocupándolo. Esta operación puede incluir una opción de recompra del activo una vez culminado el periodo de arrendamiento.
¿Qué buscan estos fondos de inversión? Se fijan en 4 puntos fundamentales:
• Activos inmobiliarios atractivos, tales como fábricas, almacenes, oficinas.
• Activos que tengan un valor mínimo de US$ 3 millones.
• Contratos de alquiler a largo plazo, lo normal es que sean a 10 años
• Tasa de alquiler anual equivalente al 8%, aproximadamente, del valor del activo
El “sale & leaseback” brinda una solución rápida a los problemas de liquidez. La empresa que vende el inmueble obtiene liquidez de sus activos operativos y no operativos, manteniendo el uso sobre el inmueble, sin incurrir en nuevas deudas y mejorando la foto en los estados financieros.
Los tiempos de crisis deben ser utilizados para reinventarse. Probablemente sea el momento para que muchos empresarios se den cuenta que el nombre del juego no es “ser dueño de los activos”, sino “generar flujo mediante el uso de los activos”. En el mundo existe una tendencia a dejar de invertir en activos inmobiliarios. En muchos casos pueden ocupar un gran porcentaje de los activos totales de la empresa representando una cantidad importante de capital estacionado con un retorno a muy largo plazo, o mucho peor habiendo contraído deudas para su adquisición. Este dinero se debería invertir en el propio giro del negocio, ya sea en tecnología, en capital humano o en mercadería.
¿Y tú, qué vas a hacer en esta incertidumbre?