La reciente inauguración del puerto de Chancay genera expectativas positivas por su impacto económico, tanto en Perú como en Sudamérica. Según datos del Ministerio de la Producción (Produce), esta megainversión aportará aproximadamente 4,500 millones de dólares a la economía peruana, representando un 1.8% del PBI nacional. Además, su desarrollo como «hub portuario» y «smart port» promete fomentar las agroexportaciones y la conexión logística en la región.

Sin embargo, no todos los sectores ven con optimismo este avance. Óscar Basurco, presidente del gremio de pymes de la Cámara de Comercio de Chancay, advierte sobre los desafíos que enfrentarán las mypes y pymes, especialmente las vinculadas a manufactura, confección y metalmecánica. Estas empresas, que representan el 48.3% de la Población Económicamente Activa (PEA), podrían quedar al margen de las oportunidades debido a su limitada formalización y baja competitividad frente a la inversión extranjera.

Basurco destacó que sectores como el emporio textil de Gamarra y los fabricantes de calzado de Trujillo serían los más afectados por el incremento en las importaciones de productos, principalmente de Asia. Asimismo, señaló que el crecimiento del comercio y los servicios turísticos en Chancay, como la llegada de cadenas internacionales, podría desplazar a los pequeños negocios locales.

Para mitigar estos riesgos, se están impulsando capacitaciones y asesorías gratuitas para ayudar a las mypes a adaptarse y aprovechar las oportunidades que traerá el puerto. Sin embargo, Basurco enfatizó la necesidad de medidas complementarias, como salvaguardias y estrategias para fortalecer la competitividad de estos negocios.

El puerto de Chancay representa un avance significativo para el país, pero también plantea interrogantes sobre cómo equilibrar el desarrollo económico con la inclusión de los pequeños empresarios en este nuevo panorama.

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